You are currently browsing the category archive for the ‘escritura’ category.

Si yo me comprendo en mi soledad, en mi forma de amar a mi mujer, en mi forma de trabajar, en mi forma de entender al mundo, en mi forma de construir mi realidad, en mi forma de resolver problemas, en mi forma de pintar, en mi forma de escribir, en mi forma de querer a mis amigos, en la forma de mis inseguridades y mis angustias, en mis irracionalidades, en la forma de mi felicidad, en las formas y los colores de mis sueños, en los tonos de mi voz, en mis límites… nunca he de sentirme incomprendido.

Mi padre es muy sabio.

Un día estaba yo con mi madre en su computadora y dije: «tienes que dar ‘click’ en el ícono.» Mi padre, a pesar de ser muy mal hablado tiene particular cuidado con el correcto uso del lenguaje, entra en escena y corrige: «se dice icono».

Presto corrí a la página del DRAE y encontré que ambas formas son correctas. Muy orgulloso de mi conocimiento exclamé: «ambas formas son correctas».

Mi padre, sabio como siempre me responde: «los de la RAE están pendejos.»

La verdad es que yo sigo diciendo obscuridad, escribiendo Psicología y no pienso dejar de acentuar «sólo» ni «ésta» cuando sea necesario. ¿Cómo voy a demostrar ahora que domino las reglas de acentuación?

Un poco en broma y un poco en serio he dicho que me siento como cuando me operaron de la miopía.

Al día siguiente desperté y antes de abrir los ojos, como habitualmente lo hacía, con mi mano izquierda busqué mis lentes sobre la repisa que soporta mis libros. No estaban ahí, por primera vez en casi 15 años, no fue necesario utilizar mis pequeños telescopios. Acostumbrarme a una vida diáfana y sin marcos fue difícil, de pronto veía siluetas que antes no percibía, llegué a pensar que eran fantasmas; no, para mi mala fortuna era toda la información que perdía mi rabillo del ojo.

Me costó al rededor de dos semanas acostumbrarme a una vida sin distorsiones, a una vida donde las luces ya no serían manchas de colores, a una vida sin poder contar los poros en la piel, sin poder reparar cosas muy pequeñas sin el mayor esfuerzo.

Es verdad, creía que usar lentes me ayudaba en los exámenes. En el poco tiempo que usé lentes de contacto me empezó a ir mal en la escuela. Luego supe que estaba deprimido y que tengo problemas con el reconocimiento por parte de las figuras de autoridad… Ah, perdí tantas oportunidades por esa ceguera.

Me he recibido al fin, este espacio, entre otros muchos,fue el depósito de mis quejas, dudas y momentos de gloriosos que tuve en esta investigación, que más que investigación fue un trabajo de descubrimiento personal. Cada capítulo respondió a cada una de mis preguntas fundamentales, cada uno enfrentó la limitaciones que por ceguera  mental y la óptica creí como naturales y como parte de mi vida y destino.

Un buen día me di cuenta, en uno de esos momentos en que las ideas surgen de la nada, mientras uno está ocupado en cualquier cosa, me di cuenta que la vida me estaba rebasando, y no en el mal sentido. Al contrario, la vida me estaba poniendo todo para tomarlo y en verdad tener al mundo a mis pies… Me vi como el único obstáculo para.

Mis sueños son escribir, pintar y vivir dentro de la academia. La juventud es traicionera y desgraciada, llevaba mucha prisa por lograr éxitos de la nada. No, a mí las cosas me toman mucho tiempo.

En otro momento importante de distracción o laboral o en el baño, no lo sé bien, supe que esto no era una inquietud pasajera y que me acompañará toda mi vida. Tengo todo el tiempo del mundo, si no logro publicar, da lo mismo, si mis pinturas son un desastre y nunca pasa nada con ellas, me importa un carajo. Tengo todo el tiempo del mundo.

«Tengo todo el tiempo del mundo». Mi tesis se llama Tiempo Libre y Creación de Mundos Posibles dentro del Modelo HADECNEC de Educación Ciudadana. Una frase tan simple y tan común que está llena de sentido. YO tengo (porque así lo decido), TODO EL TIEMPO (como una oportunidad creativa y de liberación) del Mundo (de este espacio que COMPARTIMOS todos). Eso me dejó este trabajo… Soy mejor persona, no lo sé, pero estoy más cerca de sentirme completo y de vivir mi vida como debe ser y no como una posibilidad lejana y dolorosa.

Este esfuerzo valió cada minuto, cada queja, cada reclamo, cada desencanto, cada pérdida… Este fue el camino que decidí tomar. Decidí tomar un camino y porque los caminos abren otros caminos.

Como no irán a la Biblioteca Central a buscar mi tesis, que prometo hacerlo un día de estos sólo para ver que se siente comparto mi tesis y mi presentación. El conocimiento debe compartirse…

Si encuentran errores de redacción, typos o algo así yo los atiendo.

TL&CMP

Quería poner el código de mi presentación aquí, pero WP no me deja. Click aquí

Todas mis letras estaban en la tesis, dejé de escribir, sacrifiqué muchas cosas, perdí mucho en el camino. Cambié y la vida cambió conmigo. He terminado y me siento agradecido con cada una de las personas que aguantaron mis quejas, con cada una de las personas que ya no están cerca, con todos los que están conmigo ahora. Recibí muchos consejos, muchas palabras de apoyo, mucho interés y sobretodo mucha paciencia. Creo que todo lo que pasó valió la pena.

De alguna forma me hice uno, yo soy. Solía pensar que yo podría ser cualquier posibilidad que se me ocurriera, pero no era nada. Ahora soy y podría ser cualquiera.

Ahora es momento de pensar en escribir un libro: «Todo lo que usted no debe hacer para terminar su tesis». Podría hacer cientos de listas con consejos prácticos:

1. Cuide sus referencias
2. No deje de escribir
3. No deje de escribir
4. Cuide sus referencias
5. Si se desespera, tomer fuerzas de su propio trabajo
6. Cuide sus referencias
7. No deje de escribir

Sería un éxito rotundo.

Aún falta pedir fecha de examen y hacer esto oficial, pero el día de hoy he terminado mi tesis y me siento muy orgulloso por haber elegido el camino difícil. Es verdad lo que dicen, es más bonito.

—————-

A los que me preguntaron «de qué es tu tesis» y cada vez les explicaba cosas diferentes, espero lograr responder sus preguntas (que en el fondo son también las mías).

A todas las personas que estuvieron conmigo durante este proceso y que ahora están lejos. También es gracias a ustedes.

Gracias a todas las personas que me acompañan ahora, son nuestros sueños los que nos hacen caminar de la mano para alcanzar un mundo de belleza y creación.

La idea de que todo lo que vivimos sea una mentira ha rondado mi cabeza desde que era un niño. Florece con mayor intensidad en  momentos de gran dolor e incertidumbre. Parece funcionar como un gran mecanismo de defensa, en lugar preocuparme por resolver mi situación me adentro en problemas filosófico-existenciales de alcances universales. Esta idea también ocurre cuando comienzo a conocer diferentes versiones de un mismo hecho. En inglés se puede encontrar un juego de palabras muy interesante para esta situación (en español no es tan evidente). Hablamos de «act» y «fact». La verdad es de facto mientras que la vida es un acto. Uno actúa, porque lo que hacemos es interpretable y porque ocurre en la vida cotidiana. Hablamos de hechos (facts) cuando lo que sabemos es inerte, ha ocurrido y tenemos absoluta certeza de que así será. Por eso los actores actúan y por eso no tenemos un verbo para lo factual, porque no hay acción.

Por razones inconscientes y adaptativas siempre fui muy malo para las matemáticas, no era un problema de aprendizaje o un problema de capacidad, simplemente mi desempeño en los exámenes dejaba mucho que desear. Seguir los eternos procedimientos para resolver cualquier problema me produce un estado de ansiedad tal que es como si me hubiera perdido en el supermercado más grande del mundo siendo un niño.

La forma que encontré para escapar de los problemas era desear con todo mi empeño que un día cercano algún genio matemático postulara que todos los métodos que conocemos están equivocados y que es necesario volver a empezar desde el principio. Una nueva civilización, una nueva conceptualización de la realidad; en una de esas ya tendríamos autos voladores. Para mi mala fortuna ese día no ha llegado, pero en donde sea que viva mi niño interno ese deseo se conserva como una luz de esperanza y una razón de vida.

Cuando peleo con las personas que quiero y llego a un punto en el que ya no sé que es lo que está pasando, tiendo a distraerme con todo y reflexiono sobre los temas más trascendentes, alcanzo momentos de lucidez que en momentos de tranquilidad nunca podría alcanzar. No es algo que haga porque el reclamo (justo o injusto) no me preocupe (al contrario creo que me preocupo en exceso), sino porque simplemente no sé manejar esos asuntos y me distraigo. A mi favor puedo decir que funciono mejor distraído, sólo que tendrán que disculparme porque por ahora no recuerdo alguna anécdota que sustente dichas afirmaciones.

Las historias deben tener protagonistas y antagonistas, un conflicto, un clímax (o varios) y la resolución de conflicto. En mis historias personales, o en las que solo soy un personaje secundario (me gusta decir que soy un satélite en la historias de los demás), me pregunto muchas veces sobre mi papel. En mi historia puedo ser el villano, puedo ser un personaje secundario, he resuelto mis conflictos… Hemos llegado a un punto de madurez en el que podemos decir que no hay buenos y malos, aunque tal vez esa reflexión se deba a que cada vez sabemos más de nosotros y por lo tanto es más fácil que nos confundamos en nuestras apreciaciones.

Para terminar, a veces hay historias tan maravillosas, tan perfectas que me dan ganas de intervenir y destrozarlas, demostrar la gran mentira que son y dejar en evidencia a los actores. Tal vez por eso deba dedicarme a escribir telenovelas, y por eso está muy bien no haber tomado el camino de la psicología clínica.

Es posible jugar a no tener nombre, a usar disfraces, a ocultarse en la masa (y ser devorado y defecado por ella). Es tonto creer que el anonimato deliberado da poder. No, el anonimato demuestra cobardía, demuestra serios problemas de adecuación con la realidad.  El a-no-ni-mo no puede hacerse responsable de lo que siente, sin importar lo que haya sufrido. La palabra «anónimo» encuentra su espejo en «anomia» y su resultado en la exposición torpe y sin sentido de su palabra y al no poder expresar su palabra está aniquilando su propia existencia. Así que no, el anonimato no da poder, el anonimato borra a la persona que sí tiene nombre, que sí tiene un rostro y que sí tiene una vida. Esa falta de existencia inducida frente al don de la palabra, a la unión, a la influencia, a la negociación no tiene una sola oportunidad de prosperar.

Hoy regresé a «estudiar», me inscribí a un seminario en la facultad. En el camino, mientras cruzaba el improvisado puente que hicieron para los peatones (porque las calles son de los coches, todos lo sabemos), en Insurgentes, pensaba: no es que la información sea poder, la información es inerte, entonces es el conocimiento, no, es el lenguaje. El uso del lenguaje es lo que da poder, o tal vez el correcto uso del lenguaje.» Sí, sé que se ha dicho antes, pero se siente bien cuando uno llega a sus propias conclusiones.

…mientras tengamos algo con que escribir, no podrán detenernos.



Desconozco quién es el autor de la imagen.

Esto lo escribí hace un par de meses:

Ciertas calles invitan a recorrerse, no es que sean centros turísticos o que tengan algo especial. Simplemente son amables, se muestran y permiten la entrada a desconocidos. Otras, tristemente, son hostiles; no es que haya pobreza o delincuencia. Las casa muestran repudio, sus árboles y plantas encaminan el abandono. En esas calles me siento ajeno, un extranjero en una tierra sin corazón.

Sólo en compañía de mi amor he podido dormir bien. En las últimas dos semanas he padecido de un insomnio terrible, un insomnio extraño y latoso.

Me gustaría que mi insomnio actual fuera como el resto de los insomnios: una buena noche tu amigo Insomnio llega a tu cama y decide hacerte compañía, llega como a las dos de la madrugada y decide irse a las cinco. Tiempo suficiente para dormir un poco y maldecir a gusto a tu viejo amigo. A veces se le hace temprano y no deja dormir y pueden dar las dos de la mañana y sigue platicando mientras tú sigues dando vueltas en la cama, de pronto se marcha y puedes dormir un rato, piensas en el todo el día mientras lo maldices con cierto dolor y con cierto gusto.

No, mi insomnio es puntual y es tempranero. Estas últimas dos semanas ha esperado exactamente a que cumpla seis horas de sueño. No importa la hora en que me acuesta, seis horas exactas; llega y me cuenta lo mal que la ha pasado: que siempre se le hace tarde, que mis persianas no le gustan, que debería revisar mi correo, que debería ponerme a jugar PS3, que debería leer, que debería recorrer mentalmente mi cuerpo de pies a cabeza para distraerlo y así quedarme dormido mientras medito – al principio esta técnica funcionaba, aunque a veces roncaba antes de quedarme totalmente dormido – me cuenta que ya hace mucho calor, que debería cambiar ahora mismo mis cobijas y dormir desnudo, me sugiere salir a correr; pero falta mucho, le contesto.

El problema de mi amigo, el insomnio matutino, es que me acompaña todo el día, hasta la noche que logro conciliar el sueño, pero regresa justo seis horas después de que me he quedado dormido.

Me gusta tener hipótesis para todo, supongo que este fin de semana mi amigo no encontró lugar en mi cama para hacerme compañía y ahora está desquitando ese tiempo perdido.

Prefiero un insomnio que rompe la noche en dos, el sueño y el malestar es total, sabes que algo está mal. Pero con un insomnio como el mío no se puede estar del todo mal. Vaya, he dormido el mínimo necesario para poder funcionar adecuadamente, pero no lo suficiente para sentirme bien.

Ansío la noche, aunque aún me falta bastante para llegar a casa, soltar la mochila, cambiarme las ropas, poner música y dormir. Falta tanto aún y yo aquí tratando de exorcizar a mi amigo el insomnio.

Si la vida en verdad fuera un loop eterno. Y cada día, cada uno de nosotros, cada vez fuera un ligera variación.

¿Cómo es que variamos? ¿Cómo es que nunca somos somos los mismos, pero seguimos siendo nosotros? ¿Cómo es que las distancias se acortan? ¿Cómo avanzamos, cómo nos movemos?

Cómo saber cómo serían nuestras historias si algún pequeño detalle no hubiera sucedido. Y si, y si no…