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Ahora les comparto tres situaciones que me aterran y que son absolutamente irracionales:

1. Siempre que acabo de conocer a alguna chica que me gusta y estamos comenzando a salir, tengo miedo de olvidar su rostro y hacer un tremendo ridículo al momento de saludar.

2. Siempre que voy a un concierto, temo olvidar las canciones y no reconocer ninguna. Logro reconocer las canciones pero no logro cantarlas completas porque tengo una incapacidad fisiológica para recordar letras de canciones.

3. Siempre que me dan alguna dirección, sin importar lo familiar, cercana o amigable que sea, temo perderme.

Me tomé el día libre, bueno tomármelo suena como si me hubiera levantado en la mañana y decidiera que hoy sería un día libre. Algo que deberé hacer pronto.

Regreso a trabajar mañana, el miércoles es el nuevo lunes. Fin de semana largo e intenso, al final tuve razón, sabía que me arreglaría.

Herbie Hancock

El día de la superluna, el peor nombre que se le pudo ocurrir a alguien. Como varios, tampoco vi la luna tan grande y tan brillante, aunque la luna siempre es bonita.

Salí de Gandhi Juárez y al voltear a la derecha, sobre Madero, ahí estaba, y varios de nosotros pasmados mirándola. No es necesaria una superluna y pensé, “al final siempre tendremos la luna, aunque la compren, aunque la llenemos de basura espacial o hasta si vivimos en ella, siempre la tendremos.”

El concierto fue en Bellas Rojas Artes, que les quedó muy feo, el arte de echar a perder el patrimonio.

Admiro a los artistas y siempre he querido ser como ellos. Lo sublime, lo bueno, presenciar a Dios mismo en las acciones humanas. La belleza. Los admiro porque quiero llegar a esos lugares, así de bueno quiero ser.

Hamburguesas

Fui invitado a comer hamburguesas el domingo por un nuevo amigo, y lo que parecía ser el pretexto perfecto para escaparme del domingo, resultó ser uno de esos eventos que cambiarán mi vida. No porque haya pasado algo espectacular, sino por todo lo que se acomodó dentro de mí.

Por primera vez entendí que no es tan malo ser dejado, o en inglés que suena mejor: it’s not that bad being the one left behind.

En un día, que digo un día, en cuatro horas resolví cuatro años de conflictos en mi vida.

Tuve una visión, me imagine a los 36 años en una reunión de amigos en la que todas mi exnovias estuvieran ahí, y que además se estuvieran llevando bien. Entendí entonces que el problema soy yo, que si ellas podían hacer eso, lo hacían sin mí y que todo este desmadre que viví por años fue exclusivamente mío; por querer quedar bien con todos, por querer hacer lo adecuado, por querer hacer lo correcto, por querer quedar como una persona sensata. Cuando la verdad, si por mi fuera, mandaría incendiar el mundo entero. Llega el momento en la vida de un hombre en el que todo vale madres. Y así es, me vale madres lo que pueda pasar después.

Aprendí que es posible cerrar y liberar culpas en un mismo momento.

Muchos de los problemas que he tenido con las exnovias es que terminamos perteneciendo al mismo círculo de amigos, en el que todos se conocen entre sí y las nuevas adiciones al grupo en lugar de extender los lazos hacia otras personas lo circunscriben más al mismo círculo, como la fuerza de gravedad.

Descubrí que no tenemos círculos de amistades, tenemos espirales, así como el eterno retorno. La amistad es una espiral, por eso nos encontramos tan cerca y tan lejos, por eso nos encontramos, nos perdemos y nos reencontramos y por eso nuestras historias se parecen tanto. Son, en realidad, una misma hebra de todo.

21 de marzo

Por la tarde tuve reunión con la Dra. al fin, todo esto de la revista tuvo sentido, encontramos el corazón y el núcleo de todo este trabajo. La burocracia suele cegar y hacer perder el camino, pero si se conoce el espíritu de lo que se está haciendo todo cobra sentido; no hay que olvidar el corazón del camino que hemos elegido.

22 de marzo

Me he arreglado, después de sentir una furia incontenible, expresada con cervezas y noches fuera, y contenida por mis amigos, logré liberarme. Así que me di lo único que me hacía falta, un día completamente para mí.

Me caigo bien, a veces creo que soy un poco aburrido, pero en general soy un buen tipo.

Un poco en broma y un poco en serio he dicho que me siento como cuando me operaron de la miopía.

Al día siguiente desperté y antes de abrir los ojos, como habitualmente lo hacía, con mi mano izquierda busqué mis lentes sobre la repisa que soporta mis libros. No estaban ahí, por primera vez en casi 15 años, no fue necesario utilizar mis pequeños telescopios. Acostumbrarme a una vida diáfana y sin marcos fue difícil, de pronto veía siluetas que antes no percibía, llegué a pensar que eran fantasmas; no, para mi mala fortuna era toda la información que perdía mi rabillo del ojo.

Me costó al rededor de dos semanas acostumbrarme a una vida sin distorsiones, a una vida donde las luces ya no serían manchas de colores, a una vida sin poder contar los poros en la piel, sin poder reparar cosas muy pequeñas sin el mayor esfuerzo.

Es verdad, creía que usar lentes me ayudaba en los exámenes. En el poco tiempo que usé lentes de contacto me empezó a ir mal en la escuela. Luego supe que estaba deprimido y que tengo problemas con el reconocimiento por parte de las figuras de autoridad… Ah, perdí tantas oportunidades por esa ceguera.

Me he recibido al fin, este espacio, entre otros muchos,fue el depósito de mis quejas, dudas y momentos de gloriosos que tuve en esta investigación, que más que investigación fue un trabajo de descubrimiento personal. Cada capítulo respondió a cada una de mis preguntas fundamentales, cada uno enfrentó la limitaciones que por ceguera  mental y la óptica creí como naturales y como parte de mi vida y destino.

Un buen día me di cuenta, en uno de esos momentos en que las ideas surgen de la nada, mientras uno está ocupado en cualquier cosa, me di cuenta que la vida me estaba rebasando, y no en el mal sentido. Al contrario, la vida me estaba poniendo todo para tomarlo y en verdad tener al mundo a mis pies… Me vi como el único obstáculo para.

Mis sueños son escribir, pintar y vivir dentro de la academia. La juventud es traicionera y desgraciada, llevaba mucha prisa por lograr éxitos de la nada. No, a mí las cosas me toman mucho tiempo.

En otro momento importante de distracción o laboral o en el baño, no lo sé bien, supe que esto no era una inquietud pasajera y que me acompañará toda mi vida. Tengo todo el tiempo del mundo, si no logro publicar, da lo mismo, si mis pinturas son un desastre y nunca pasa nada con ellas, me importa un carajo. Tengo todo el tiempo del mundo.

«Tengo todo el tiempo del mundo». Mi tesis se llama Tiempo Libre y Creación de Mundos Posibles dentro del Modelo HADECNEC de Educación Ciudadana. Una frase tan simple y tan común que está llena de sentido. YO tengo (porque así lo decido), TODO EL TIEMPO (como una oportunidad creativa y de liberación) del Mundo (de este espacio que COMPARTIMOS todos). Eso me dejó este trabajo… Soy mejor persona, no lo sé, pero estoy más cerca de sentirme completo y de vivir mi vida como debe ser y no como una posibilidad lejana y dolorosa.

Este esfuerzo valió cada minuto, cada queja, cada reclamo, cada desencanto, cada pérdida… Este fue el camino que decidí tomar. Decidí tomar un camino y porque los caminos abren otros caminos.

Como no irán a la Biblioteca Central a buscar mi tesis, que prometo hacerlo un día de estos sólo para ver que se siente comparto mi tesis y mi presentación. El conocimiento debe compartirse…

Si encuentran errores de redacción, typos o algo así yo los atiendo.

TL&CMP

Quería poner el código de mi presentación aquí, pero WP no me deja. Click aquí

La idea de que todo lo que vivimos sea una mentira ha rondado mi cabeza desde que era un niño. Florece con mayor intensidad en  momentos de gran dolor e incertidumbre. Parece funcionar como un gran mecanismo de defensa, en lugar preocuparme por resolver mi situación me adentro en problemas filosófico-existenciales de alcances universales. Esta idea también ocurre cuando comienzo a conocer diferentes versiones de un mismo hecho. En inglés se puede encontrar un juego de palabras muy interesante para esta situación (en español no es tan evidente). Hablamos de «act» y «fact». La verdad es de facto mientras que la vida es un acto. Uno actúa, porque lo que hacemos es interpretable y porque ocurre en la vida cotidiana. Hablamos de hechos (facts) cuando lo que sabemos es inerte, ha ocurrido y tenemos absoluta certeza de que así será. Por eso los actores actúan y por eso no tenemos un verbo para lo factual, porque no hay acción.

Por razones inconscientes y adaptativas siempre fui muy malo para las matemáticas, no era un problema de aprendizaje o un problema de capacidad, simplemente mi desempeño en los exámenes dejaba mucho que desear. Seguir los eternos procedimientos para resolver cualquier problema me produce un estado de ansiedad tal que es como si me hubiera perdido en el supermercado más grande del mundo siendo un niño.

La forma que encontré para escapar de los problemas era desear con todo mi empeño que un día cercano algún genio matemático postulara que todos los métodos que conocemos están equivocados y que es necesario volver a empezar desde el principio. Una nueva civilización, una nueva conceptualización de la realidad; en una de esas ya tendríamos autos voladores. Para mi mala fortuna ese día no ha llegado, pero en donde sea que viva mi niño interno ese deseo se conserva como una luz de esperanza y una razón de vida.

Cuando peleo con las personas que quiero y llego a un punto en el que ya no sé que es lo que está pasando, tiendo a distraerme con todo y reflexiono sobre los temas más trascendentes, alcanzo momentos de lucidez que en momentos de tranquilidad nunca podría alcanzar. No es algo que haga porque el reclamo (justo o injusto) no me preocupe (al contrario creo que me preocupo en exceso), sino porque simplemente no sé manejar esos asuntos y me distraigo. A mi favor puedo decir que funciono mejor distraído, sólo que tendrán que disculparme porque por ahora no recuerdo alguna anécdota que sustente dichas afirmaciones.

Las historias deben tener protagonistas y antagonistas, un conflicto, un clímax (o varios) y la resolución de conflicto. En mis historias personales, o en las que solo soy un personaje secundario (me gusta decir que soy un satélite en la historias de los demás), me pregunto muchas veces sobre mi papel. En mi historia puedo ser el villano, puedo ser un personaje secundario, he resuelto mis conflictos… Hemos llegado a un punto de madurez en el que podemos decir que no hay buenos y malos, aunque tal vez esa reflexión se deba a que cada vez sabemos más de nosotros y por lo tanto es más fácil que nos confundamos en nuestras apreciaciones.

Para terminar, a veces hay historias tan maravillosas, tan perfectas que me dan ganas de intervenir y destrozarlas, demostrar la gran mentira que son y dejar en evidencia a los actores. Tal vez por eso deba dedicarme a escribir telenovelas, y por eso está muy bien no haber tomado el camino de la psicología clínica.

Es posible jugar a no tener nombre, a usar disfraces, a ocultarse en la masa (y ser devorado y defecado por ella). Es tonto creer que el anonimato deliberado da poder. No, el anonimato demuestra cobardía, demuestra serios problemas de adecuación con la realidad.  El a-no-ni-mo no puede hacerse responsable de lo que siente, sin importar lo que haya sufrido. La palabra «anónimo» encuentra su espejo en «anomia» y su resultado en la exposición torpe y sin sentido de su palabra y al no poder expresar su palabra está aniquilando su propia existencia. Así que no, el anonimato no da poder, el anonimato borra a la persona que sí tiene nombre, que sí tiene un rostro y que sí tiene una vida. Esa falta de existencia inducida frente al don de la palabra, a la unión, a la influencia, a la negociación no tiene una sola oportunidad de prosperar.

one of those “self” moments, one of those moments when you suddenly turn around and look at yourself and think “Who am I? What am I up to? What have I achieved? Am I doing well?”

Douglas Adams

Si la vida en verdad fuera un loop eterno. Y cada día, cada uno de nosotros, cada vez fuera un ligera variación.

¿Cómo es que variamos? ¿Cómo es que nunca somos somos los mismos, pero seguimos siendo nosotros? ¿Cómo es que las distancias se acortan? ¿Cómo avanzamos, cómo nos movemos?

Cómo saber cómo serían nuestras historias si algún pequeño detalle no hubiera sucedido. Y si, y si no…

¿Cómo combatir  un fantasma?

¿Cómo pelear contra fantasmas? No tiene sentido preguntar por cómo ganarles. No hay victorías posibles.

Durante un largo día de obscuridad no encontré la respuesta. No hay respuesta posible.

Pero hay formas de atacarlos, de entenderlos y de desaparecerlos. Primero, pensé que el fantasma venía de fuera, para acabar conmigo, pero no, los fantasmas no atacan. Sólo obstruyen la visión, nublan el corazón y nos hacen hablar y actuar como ellos.

Me di cuenta, los fantasmas viven dentro de las personas, y estos mutan para que el huesped culpe al resto del mundo, no sin una gran cantidad de culpa y desesperanza, como una enfermedad incurable.

¿Cómo desterrarlos de nuestros corazones? Creo que la única forma consiste en llenar nuestras vidas de belleza, arte y amor, que de alguna forma alquímica nos llenan de luz el alma e iluminan nuestros caminos.

Si llenamos nuestras vidas de amor, belleza y arte, está brillará, y no hay nada que los fantasmas odién más que personas creativas y felices.

Cada uno de nosotros podría ser su propio fantasma.

Vive, abre bien los ojos.

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Now playing: Stereolab – Crest
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Vive, abre bien los ojos.

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